jueves, 13 de enero de 2011

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Quien hace mucho, pero no todo, por mucha gente, pero no por toda, a la larga se ganará más adversarios que amigos, fruto de maquinaciones insidiosas de la caterva de gente que descuidadamente les rodea.
Eso le sucedió al concejal, que no sólo socorrió a papá, sino que lo hizo con mucha de su gente. No a todos les pudo buscar un alojamiento fuera de España, eso quedaba para los íntimos, pero sí que consiguió una larga lista de beneficios sociales para los más necesitados, fruto de su labor como fundador y presidente de un gran sindicato en Asturias. Lograr exenciones en el pago del pan y del carbón para las familias con menos recursos y mejorar la educación para los hijos de estas familias fueron alguno de sus triunfos.
Su excelsa labor, le hizo ganar peso político en Asturias y fue proclamado alcalde de una gran localidad, cabeza de partido. Eran los buenos tiempos. Hasta fue diputado en Cortes por Asturias años después.
Pero esos enemigos fraguados desde el trabajo honrado consiguieron manchar su nombre y le acusaron de tratar con la dictadura de Primo de Rivera y de venderse al poder. Hasta sus propias bases le mancillaron y el concejal decidió retirarse con su ignominia.
Nació pobre y así murió, pero de mantener su memoria limpia me encargo yo.

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